jueves, 12 de enero de 2012

La Fundación de las Primeras Órdenes Militares

La Cruzada y su Significado

La cruzada fue una iniciativa pontificia que cohesionó el Occidente cristiano bajo el liderazgo papal. Gregorio VII había intentado ensayar sus efectos políticos cuando anuncio en 1074 al emperador Enrique IV que en calidad de “duce et pontífice” acaudillaría a 50000 voluntarios para liberar el sepulcro del Señor del poder de los paganos enemigos de Dios. Será Urbano II a través de su predicación en Clermont en el año 1095 quien iniciará el movimiento cruzado dotándolo de sus fines espirituales y materiales. La primera cruzada es ajena al emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico y también a los reyes cristianos occidentales.
Los nobles y caballeros que participan en la cruzada, convertidos en peregrinos en su largo viaje, reconocen al legado Pontificio, el obispo de Puy, Fulquerio de Chartes, como el sabio y prudente conductor del “ejército de Dios”, su líder indiscutible. La misión de los peregrinos es restablecer el Honor de Dios en la Tierra Santa que el infiel había mancillado.
Durante el siglo XII Occidente apoya unido y con entusiasmo la santa causa de Dios y su vicario. ¿Qué tiene de extraño la aparición de las primeras órdenes militares en este periodo de la civilización Occidental?

Órdenes Universales y Órdenes Territoriales

El nacimiento de la Orden del Temple  en Tierra Santa tiene una explicación sencilla. El reino de Jerusalén era reciente, se encontraba muy expuesto al ataque musulmán y estaba lejos de la Cristiandad latina. Eran necesarios instrumentos eficaces que permitiesen el mantenimiento de este reino que con tantos esfuerzos se había reconquistado de la profanación pagana. En su mantenimiento el papado se jugaba su prestigio y liderazgo.
Los Templarios y las sucesivas órdenes militares que se fueron constituyendo en Tierra Santa durante el siglo XII constituyen los más fieles exponentes de la misión pontificia de reconquista cristiana, una empresa universal que permitía la liberación de los cristianos oprimidos por la ilegítima ocupación realizada por los musulmanes. Estas órdenes militares pueden calificarse de universales, pues su fin es la liberación de los cristianos sometidos por los paganos, la defensa de los intereses de la Cristiandad en cualquier parte del mundo, bajo la dirección del Santo Padre. El sometimiento de las Órdenes miliares al Papa les confirió desde el primer momento una autonomía del poder secular de los reyes, siempre locales en comparación con el poder  procedente de la Santa Sede.
En la segunda mitad del siglo XII comienzan a surgir órdenes militares vinculadas a un territorio y una misión de reconquista cristiana en la península ibérica, fenómeno que continuará en el siglo XIII en centroeuropa. Los reinos hispánicos necesitan adaptar el modelo de las órdenes militares  nacidas en Tierra Santa “Universales” a sus necesidades particulares. Son los distintos reinos los promotores de las Órdenes militares, quedando en segundo lugar la Santa Sede. Cada reino establecerá su proyecto de reconquista y repoblación, en el que las órdenes militares jugarán prestarán un gran servicio.